A decir verdad, el Real Oviedo sacó un buen punto ante uno de los equipos punteros de la categoría. Un punto para seguir evitando sufrir y pasar una temporada tranquila, que creo que lo va a ser. Quizá lo triste es la cada vez mayor desafección de una afición que, a pesar de tan bonitos vídeos del 95 aniversario del club, está empezando a disparar en todas direcciones. Cada vez se acerca más una guerra civil que tal vez ya estaría desatada de haber gente en los estadios. Y creo que es un año para pensar, ver qué sucede y ver quién tiene la culpa de que este club cada vez empeore. ¿Crecimiento? Sin retorno.

Inicio monubestial del Oviedo. En 1 minuto ya había encajado el primero. Espectacular liada defensiva, con 6 tíos rodeando el área pequeña y dos jugadores de una Ponferradina que acudía con las bajas de Curro, Ríos Reina y Sielva (para que luego algunos digan que el Oviedo tiene mejor plantilla) en el punto de penalti prestos a rematar. Era Aguza el que anotaba el 0 a 1.

Luego, en el primer cuarto de hora, dos ocasiones clarísimas de la Ponferradina. Una gran parada de Femenías y otro desastre defensivo en una pelota parada a punto estaban de poner el 0 a 2.

Pero a partir de esas el Oviedo se fue estirando. Sin mucha claridad en ataque, ya que la entrada en el once de un terrible Borja Valle por un Nahuel que estaba tocado no fue demasiado beneficiosa para el equipo. Una jugada embarullada acababa con un despeje extraño de la Ponferradina al poste.

Sin embargo, un pelotazo a balón parado de Tejera desde campo propio terminaba con Edgar rematando de cabeza a la red ante el mal posicionamiento de Caro. 1 a 1 y pues seguía el partido.

Aunque justo después, en otro balón parado, la Ponferradina estampaba la pelota en el poste, pero con todo ello se llegaba al decanso.

La segunda parte sucedió con un Oviedo mucho más, pero ante la falta de Nahuel sin ideas, solo colgando balones hacia ningún rematador. Fue incluso la Ponferradina la que estuvo a punto de provocar un problema, o el árbitro. El balón rebotaba en el brazo de Bolaño y el árbitro señalaba penalti. Era el VAR el que advertía de que el balón venía de rebote y el árbitro echó un buen rato con buen criterio revisando la jugada. Tras ello, el colegiado anuló su decisión.

Y ya no pasó nada más, la segunda parte fue un tostón espectacular de una Ponferradina que se conformaba con el empate y de un Oviedo incapaz de más.

Femenías: Le llegó una pelota seria además del gol y la sacó de muy buena forma.

Juanjo Nieto: Espero que haya olvidado la idea de jugar, al menos de momento, en primera división. Y que el equipo de primera que le esté ojeando también. Está demasiado verde para esos menesteres.

Grippo: Una vez más, el defensa más seguro. Pero claro, rodeado de esos compañeros de zaga pues…

Arribas: No es que jugase mal, pero tercera vez que tiene que abandonar el campo antes de tiempo. Preocupante esta situación de un jugador que viene a liderar la defensa.

Mossa: Su partido se basó en correr la banda y tratar de centrar. Y bueno, pues bah. Sin más.

Edgar: Partido raro. Cosas muy bien y cosas horripilantes. Ah, y anotó.

Tejera: Bueno, como siempre, asistió en el balón parado, robó, distribuyó y tal. La verdad que su mejora desde marzo de 2020 es impresionante.

Sangalli: Quizá fuese el mejor del equipo, trabajando y generando opciones de gol. Ni tan mal.

Borja Valle: Sigo afirmando que, a pesar de ser un perfil acertado, el fichaje ha sido un error clamoroso. No queda nada de aquel futbolista que dejó el Oviedo (años después culpando al que no está) por un Deportivo de la Coruña de primera división. Ni desborde, ni velocidad, ni cambio de ritmo ni disparo. Una auténtica pena que ya se veía venir viendo algún que otro partido suelto del Deportivo estos últimos años y viendo que venía de una liga de un nivel similar al de Segunda B.

Borja Sánchez: Trató de hacer cosas, pero no fue su día. Precisamente hoy no fue sustituido, supongo que por si podía hacer su pirula diaria, pero no fue el día.

Blanco Leschuk: No queda nada del delantero que fue hasta enero, no por no anotar, que está claro que no es su fuerte. Sino en lo demás del juego. Y ayer mejoró, pero algo sigue fallando.

Bolaño: Salió por Arribas y casi la lía. Menos mal que hay TV y que últimamente nos trata bien.

Rodri: Salió un ratito y aportó entre 0 y nada. El año que viene que vaya buscando acomodo por ahí supongo.

Obeng: Otro que salió un rato y no hizo nada.

Javi Mier: Pues salió pero no fue el día que más aportó. Cosas que pasan.

Otro punto, siendo 3 de 12 en nuestro particular Tourmalet, algo que demuestra que este equipo no lo va a pasar mal. Pero el objetivo del propietario de luchar por el playoff evidentemente es imposible, para sorpresa de nadie. El hartazgo tras las constantes mentiras y ventas de humo al fin comienza a cansar a la afición. Sin embargo, parte de la prensa, sobre todo el medio oficial del club, hace recaer las culpas en un Ziganda que quizá sea el menos culpable de esta situación. Esperemos que eso no sea el preludio de algún tipo de decisión del club sobre el técnico y sí sea las ganas de algún empleado del mismo de desviar la atención.

Año de transición que puede ser muy útil para el club y el aficionado pero que, desgraciadamente para el Real Oviedo, tiene pinta de que va a ser aún más inútil de lo que era posible. Mucho cuidado porque quizá estemos ante la definitiva condena hacia una mediocridad instalada en club y, sobre todo, afición.

Gracias y, ¡nos leemos! ¡Hala Oviedo!